4 de septiembre de 2012

Dos familias enfrentadas.

   Hace mucho tiempo, cuando aún los gallos eran el único despertador de la gente, existían en un país muy lejano dos familias enfrentadas. La enemistad de las familias tenía un origen muy lejano. Ni las mismas familias sabían cuándo había comenzado la afrenta, desde que nacían se les inculcaba el odio a la otra familia. La rivalidad entre ambas era pública y manifiesta.
    La familia Cronos estaba formada por gente racional, práctica, inteligente, recta, estudiosa.  Pasaban horas y horas en un laboratorio preparando todo tipo de mezclas, provocando explosiones...Todos sus miembros dedicaban su vida al estudio de lo que les rodeaba, tenían curiosidad por todo.Aunque esto es un arma de doble filo, porque intentar llegar al origen y el porqué de todo puede resultar agotador. Los Cronos eran pues gente muy interesante aunque inconformista, hasta que no llegaban a la  meta no descansaban.
     Los miembros de la familia Laurel eran muy diferentes. También gente brillante y estudiosa pero de otro modo. Pasaban el día leyendo, escribiendo, muchos de sus miembros viajaban, les gustaba conocer también qué había pasado mucho tiempo atrás. Tenían una sensibilidad muy pronunciada. Encontraban placeres en cosas muy pequeñas. Eran descomplicados. Aunque a veces les faltaba su dosis de realidad, ya que podían pasarse el día entero haciendo castillos en el aire y soñando sin llegar a ningún sitio.
      Esta claro lo diferentes que eran estas dos familias.
     Llevaban sin hablarse siglos. Ninguna de las dos familias entendía el modo de vida de la otra. Los Cronos pensaban que los Laurel eran gente informal y los Laurel pensaban que los Cronos eran unos aburridos.
      Hubo un día una desgracia en casa de los Laurel. El padre de familia cayó gravemente enfermo. Toda la familia estaba desesperada buscando un remedio a su grave dolencia. Todos pensaban en los Cronos interiormente. Sabían de sus dotes para curar enfermedades pero, ¿serían capaces de romper una indiferencia y un silencio que duraba siglos? Tal era su desesperación que uno de los hijos emprendió el viaje a la casa de los Cronos. 
     La familia Cronos se extrañó de la visita del joven Laurel, pero la cara descompuesta de éste y la buena naturaleza de los Cronos hizo que el joven pudiera explicar el motivo de su visita.
     A pesar de la enemistad, el más inteligente de los Cronos corrió a ver qué podía hacer por el enfermo  de los Laurel. Sus estudios no habían sido en vano, así que rápidamente hizo un diagnóstico y elaboró a base de hierbas una medicina que restableció al padre de los Laurel.
      Tal fue la alegría de estos que en un minuto olvidaron el pasado y empezaron a forjar una amistad con los Cronos... Quién lo iba a decir...
      Pasaban días enteros juntos. Los Cronos les explicaban cómo funcionaba el universo, cómo calcular la distancia entre sus casas, cuál era la mejor época para cultivar flores, cómo curar resfriados.... En cambio los Laurel les contaban historias narrados por otros hacía mucho tiempo, les enseñaron a encontrar la belleza en unos versos, les explicaban qué había ocurrido allí mismo hacía cientos y miles de años, les ayudaban a apreciar las pequeñas cosas.
      De esos encuentros entre las familias surgió la unión de dos de sus miembros. Se compenetraban perfectamente. Desde entonces encontraron el perfecto equilibrio.
       Esa unión supuso vencer la distinción radical entre las Ciencias y las Letras.
       ¿Por qué no puede un físico nuclear disfrutar con una poesía? ¿Por qué no puede un escritor interesarse por la astrología? ¿Por qué no puede un matemático conocer la historia de su nación?
       Tanto las Ciencias como las Letras son parte de nosotros, en mayor o menos medida cada una de ellas, pero está claro que no son dos compartimientos estancos separados. Aunque sea solo por cultura e inquietud debemos probar de las dos.
       Dejemos que la reconciliación de los Cronos y los Laureles se lleve a cabo en nosotros.




Este post participa en la I Edición del Carnaval de Humanidades

1 comentario:

  1. Gracias por participar.
    Además, es un cuento muy bonito: esperamos conseguir el final ;)
    Un saludo

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